5 formas de coachear a nuevos líderes

Una de las razones por las que los líderes fracasan es que la mayoría de las empresas fallan al coachear a líderes primerizos...
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La mayoría de las organizaciones en el mundo creen que toman decisiones racionales sobre la promoción de las personas a roles gerenciales. Y casi todas las organizaciones están equivocadas.

Las investigaciones muestran que, más del 80% de las veces, las empresas no eligen al candidato con el talento adecuado para el puesto. Si tratáramos la seguridad de la aviación de la misma manera, nadie se arriesgaría y los aviones pasarían de moda. El liderazgo de mala calidad reduce la moral y el compromiso y conduce a grandes pérdidas de productividad.

Una de las razones por las que los líderes fracasan es que casi tres cuartas partes de todas las empresas fallan al coachear a líderes primerizos. Para ayudar en esa transición, hemos elaborado una guía que ayude a los líderes a orientarse hacia su nuevo rol.

1. Para asumir el rol, haz más y haz menos.

Pasar a una posición de liderazgo significa valorar el trabajo de administrar y dejar de lado las tareas y responsabilidades de un colaborador individual. 

Comprueba hacer menos de:

  1. Realizar el trabajo que los miembros del equipo tienen que hacer.
  2. Retomar las tareas que has delegado porque puedes hacerlas mejor.
  3. Microadministrar y que los miembros del equipo no tengan autonomía.

Verifica hacer más de:

  1. Aclarar la misión del equipo.
  2. Revisar y coachear a los miembros del equipo.
  3. Tratar con la alta dirección para aclarar el contexto y la estrategia.
  4. Eliminar obstáculos de desempeño del equipo.

2. Asegúrate de que tú y el equipo tengan claro la misión y el contexto.

Los equipos pueden perderse en la realización de una tarea y desviarse de su misión clave. La evidencia muestra que los beneficios de garantizar que todos tengan claras las tareas del equipo y sus roles individuales generan un equipo más feliz y productivo. Mantenerse al día con el contexto (lo que está sucediendo dentro y alrededor de la organización, sus clientes y el entorno empresarial en general) es esencial para preparar al equipo para adaptarse o girar.

3. Conoce a todos.

Las personas son diferentes. Los buenos líderes se toman el tiempo para aprender cuáles son las habilidades de cada miembro del equipo, cuáles son sus necesidades de desarrollo y, lo más importante, las circunstancias de sus vidas. Las personas trabajan mejor para los líderes que se preocupan por lo que les sucede, y no se puede coachear a alguien sin estar en contacto con sus deseos, esperanzas y temores.

4. Cuando estés a cargo, mantente al cargo.

En la mayoría de las veces, las personas que son hábiles en sus roles no necesitan mucha guía: los gerentes autoritarios, exigentes o quisquillosos no sacan lo mejor de nadie. Pero no intervenir cuando es necesario tomar una decisión o lidiar con un desempeño deficiente constante es igualmente perjudicial. Hacer una llamada, incluso si se equivoca, es mejor que dejar al equipo colgado o buscar consensos interminables.

5. Se trata de ellos, no de ti.

Aunque debería ser obvio, ten en cuenta que no puede haber líder sin seguidores. Desde una perspectiva evolutiva, los seres humanos evolucionaron para seguir, ya que el liderazgo es un recurso para el bien del grupo. Es decir, tú estás ahí para ayudar al grupo a ser grandioso, no para que tú te veas bien.

Convertirse en un líder eficaz es una habilidad que se desarrolla con el tiempo, experiencia y una buena dosis de autoconciencia. La clave es permanecer con apertura a la retroalimentación, escuchar activamente y ser humilde.

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