Siempre he creído que ser líder en una organización, al mismo tiempo que ser madre tiene una serie de implicaciones. Llevamos más de un año en el que hijos y trabajo conviven bajo el mismo techo y no sé si a ti te suceda, pero yo aún sigo adaptándome en esta situación, así que, aunque posiblemente ya te hayas acomodado, en HRTools pensamos en algunas ideas que pueden serte útiles como líder profesional y líder de familia. ¡Aquí vamos y esperamos que estas sugerencias te sean útiles!:
Horarios – Brinda estabilidad y reduce la ansiedad de tus hijos.
Los niños que tienen una constancia en los horarios y una rutina sienten más estabilidad en sus vidas. ¿Te acuerdas cuando estabas en la escuela y sonaba la campana? La campana te indicaba un cambio de actividad y te ayudaba a tener cierto control sobre tu día. Ahora que la rutina parece desvanecerse en casa, te sugerimos colocar un tablero, ya sea en la cocina o en una habitación de uso común que incluya columnas con días de la semana, y renglones con horarios para que coloques creativamente las actividades de cada día de la semana. Algo que ayuda mucho son las imágenes. Tal vez algún dibujo o colores distintos para cada integrante de la familia puedan verse más ligeros que tu “Outlook”. Estos simples cambios de vista podrían ser más atractivos para los niños que una tabla tipo “Excel”. Una alarma les ayudará mucho más. ¡Recuerda la campana del colegio!
Conversaciones – Escucha a tus hijos.
El desayuno, la comida y la cena son momentos que puedes aprovechar para conversar. Tal vez el desayuno pueda ser un momento un tanto caótico porque todos en casa tenemos prisa por iniciar nuestra actividad, pero cuando te tomas el tiempo, te sientas en una mesa con tus hijos y pones conscientemente toda tu atención a lo que te comunican, ellos se sentirán escuchados y amados. Es posible que teniéndolos frente a ti quieras decirles muchas cosas, tomar ese tiempo para educarlos, pero parece que cuando te encuentras en silencio, ellos sueltan ideas y situaciones de su día y esto te brinda la oportunidad para realizar preguntas y orientarlos. Entre más abiertas sean tus preguntas, más confianza les darás para que continúen hablando y dándote sus ideas y opiniones. Es posible que, entonces, puedas intervenir con más precisión con las intervenciones precisas. Procura mantener una escucha activa a sus respuestas.
Ayudar en casa – Aumenta la auto estima de tus hijos.
Cuando los niños tienen actividades fijas como guardar sus juguetes, ordenar su escritorio, preparar su ropa del día siguiente antes de acostarse, lavar su plato, preparar la cena, regar el jardín, hacer algo de limpieza conforma a su edad, van dando valor a las actividades que para ellos pueden no tener valor porque frecuentemente “alguien más” las realiza. En la medida en que ellos van sintiendo el orgullo de haber realizado las actividades que les asignes, será la misma medida en que se sentirán orgullosos de sí mismos y su autoestima crecerá. Felicítales cuando terminen o enséñales primero y aunque a veces les falle, no les digas lo mal que lo hicieron, sino lo bueno de hacer un esfuerzo y continúa alentándolos hasta que lo hagan correctamente. Cuando menos te des cuenta, realizarán las actividades por sí solos.
5 minutos de juego – Refuerza los lazos con tus hijos.
¿Te ha sucedido que justo en el momento en que tienes un montón de trabajo tu(s) hijo(s) piden que juegues con ellos o que vayas a ayudarles con algo o simplemente que veas un programa de TV que les gusta mucho? Parece ser que son videntes; justo en el momento más álgido de tu día, piden tu atención. Lo que puede suceder es que, aunque estás físicamente en casa, ellos pueden percibir que “no estás con ellos”. Tienen la necesidad de tu atención, pero para ellos puede ser como si no estuvieras ahí. Toma 5 minutos, siéntate a ver el programa que tanto te piden, o juega con ellos esos 5 minutos. Dales un abrazo, diles cuánto los quieres y juega ese ratito. Verás que de pronto se quedan tranquilos y siguen sus juegos mientras tu regresas a resolver esos asuntos importantes o urgentes. Me parece que esta situación es como cuando tienes una inmensa sed. Tomas unos traguitos y sigues adelante. Practica estos 5 minutos y verás que te dejarán concentrarte por más tiempo que cuando no lo haces.
Ejercicio físico – Mente sana en cuerpo sano.
Separa en tu calendario por lo menos 30 minutos del día. Tal vez tu seas una de esas personas que hace un montón de ejercicio. Yo no pertenezco a ese distinguido grupo de personas. Pero ¡estar sentada todo el día no es sano! Los niños necesitan ejercitarse porque por naturaleza producen una energía inmensa que les ayuda a crecer cuando se ejercitan. Aprovecha ese tiempo para ejercitarte con ellos. Tal vez pasea en bicicleta o camina alrededor de la cuadra. Busca un parque cercano, inventa una carrera o lleva una pelota mientras caminas. Además de sentirte mucho mejor, tu mente descansa, te olvidas por un rato del trabajo, aumenta tu creatividad, sientes más alegría y además, ¡tu sueño será más profundo! tu salud se fortalecerá. El resultado tiene solamente aspectos positivos para ti y para tus hijos. Además, hacer ejercicio con tus hijos, ten dará otra oportunidad más para convivir y divertirte con ellos.
Confía en tus hijos – Tus hijos tienen una fuerza de vida que los llevará a su desarrollo máximo.
He observado que algunas mamás tendemos a preocuparnos de más. Pareciera como si nosotros fuéramos responsables de todo lo que les sucederá en la vida a nuestros hijos. E incluso, podemos llevar a sentir cierta “culpa” por no estar tan presentes como a veces quisiéramos. Nos preocupamos a veces de más. Hace algunos años, cuando a veces me preocupaba mucho por ciertos comportamientos de mi hijo, una buena amiga solía decirme: “no te preocupes, los árboles de manzanas no pueden dar peras”. Reflexioné sobre su comentario y se lo agradezco mucho. Un día asocié ese comentario con Carl Rogers, psicólogo humanista, quien basa su teoría en que todos los seres vivos tenemos una fuerza de vida que él denominó “tenencia actualizante”. La tendencia actualizante puede describirse como una motivación innata e intrínseca que se encuentra presente en toda forma de vida y que se dirige a desarrollar sus potenciales hasta el mayor límite posible de forma natural. ¡Tranquila!
Busca apoyo – Las relaciones afectivas con varios miembros de la familia ayudan a formar el carácter de tus hijos.
¡Sabemos que eres héroe!, pero hasta los superhéroes piden ayuda de vez en cuando. Tus hermanos, padres, suegros, primas, vecinas, amigas, etc. pueden darte la mano en aquellos momentos en que no te es posible llevar a algún lugar o a acompañar con la tarea o un trabajo escolar a tus hijos. Cuando los niños conviven con otras personas aprenden otras formas de ser además de tu estilo. A mi parecer, cuando convivimos con otras personas es como si imprimieran en nosotros distintos colores con sus formas de ser. Propicia el apoyo cuando lo necesites y dales la oportunidad a tus hijos de aprender de las personas en quienes confías que darán un buen ejemplo y aportarán al desarrollo de tus pequeños.