Vivir sin propósito es como un capitán de barco que navega en el mar y sabe a dónde ir, pero que desconoce el objetivo del viaje. Algunos días se encuentra con mares tranquilos, otros con mares agitados, o incluso con tormentas. El capitán experimentado posee los conocimientos adecuados para librar esas circunstancias; pero no saber si lleva personas en un crucero divertido o si lleva carga, ni las implicaciones de su viaje, pudiera producirle tedio y falta de interés. Le dará lo mismo desembarcar en cualquier puerto.
Ahora, piensa en tus colaboradores, el capital humano con el que cuentas, quienes cumplen con las responsabilidades de su puesto; dan los resultados esperados, pero al paso del tiempo, regresan a casa con un vacío, aun cuando han cumplido cabalmente sus objetivos. ¿Cuánto tiempo crees que puedan continuar en esa situación? Posiblemente, llegue un momento en el cual decidan cambiar de rumbo al recibir el más mínimo olor a otro puerto.
Cuando tus colaboradores saben no solo lo que deben hacer, sino también conocen para qué lo hacen y la forma en que su actividad hace sentido con sus propias personalidades, el resultado es muy distinto. Llenar el vacío existencial es una tarea ardua que no solo depende del colaborador. El líder, como un buen maestro, necesita conocer a profundidad a sus colaboradores; tiene como tarea saber darles las herramientas necesarias y poner los retos que ejerciten y engrandezcan sus habilidades; no solo profesionales, sino también personales.
¿Y cómo es que podrás enseñar el camino de la realización a tus colaboradores? Es a través de tu experiencia como lo puedes hacer. El punto de partida es el autoconocimiento. Necesitas ser consciente de tus características -buenas y no tan buenas-, de lo que te hace vibrar, de lo que la misión de tu organización significa para tu realización personal. Tu liderazgo es reflejo de tu personalidad y si solo piensas en lo que tu imagen propia dice de ti, posiblemente te estés perdiendo de la mejor parte. Además de tu autopercepción, es importante que te veas en el espejo de la persona que otros conocen. Saber lo que te motiva, hacer una relación con la misión de tu organización y saber la distancia que hay entre tus valores y los de la organización serán un ingrediente indispensable para poder transmitir esa experiencia a tus colaboradores. El famoso dicho de “nadie experimenta en cabeza ajena” es muy cierto. Los líderes que son conscientes de sus personalidades, de sus descarriladores, de sus valores y los comprenden a cabalidad tienen el poder de administrarlos y poseen las herramientas necesarias para poder aplicarlas cuando es necesario. Si el líder no se conoce, ¿cómo puede pretender conocer a profundidad y guiar a sus colaboradores?
La humildad en el liderazgo requiere de descubrirte y reconocer tus vulnerabilidades, tu talón de Aquiles, tus reacciones ante la adversidad, a lo que le das valor y a lo que no. Ser transparente cuando se es necesario y tener el discernimiento para poder determinar si lo que haces es por quedar bien contigo mismo, con otros o porque la ocasión lo amerita.
Descubre lo que te mueve en tu trabajo, la forma en la que reaccionas cuando los obstáculos se presentan y tu forma natural de ser mediante el test de personalidad Hogan, probado mundialmente. Una vez que te comprendas profundamente, te será más sencillo conocer a tus colaboradores y saber guiarlos en la búsqueda de sus propósitos laborales.
Si tienes interés en conocerte mejor y poder formar a tus colaboradores para que su trabajo tenga sentido, comunícate con nosotros. En HRTools te acompañamos en esta importante labor.