Te esmeras al realizar tu trabajo, haces todo lo posible para que los resultados sean positivos y llegues a las metas. De pronto, ves que tu equipo no lleva el mismo ritmo y cuando hablas con ellos, su respuesta es positiva, pero, aun así, no realizan las tareas que les asignas. ¿Qué podría estar sucediendo?
Posiblemente tus habilidades técnicas son una fortaleza para tu desempeño. Sin embargo, es posible que tus habilidades personales no estén ajustadas a los requerimientos del rol. ¿Por qué sucede esto? Los seres humanos tendemos a ver el mundo bajo nuestros propios estándares y experiencias; a esto se le denomina identidad. Identidad es el “yo” que tú conoces. Sin embargo, hay otra parte de tu personalidad que se denomina reputación. La reputación es lo que los demás interpretan o perciben de tus comportamientos.
En la actualidad, hay una fuerte tendencia que dice “muéstrate tal cual eres”. Pero, pudieran existir grandes riesgos al descubrirte tal cual eres, o sea, mostrando toda tu “identidad” permanentemente. Es posible que los demás puedan ver aspectos de tu “reputación” que no coinciden con lo que tu identidad quiere comunicar. Esta situación nos puede suceder a todos los seres humanos y la retroalimentación de un coach es una forma de conocer tu reputación. Por supuesto, que también la retroalimentación de un coach puede estar sesgada por su propia identidad, por lo que la mejor forma de hacerlo es con base en una herramienta válida y confiable que te ayude a describir tu reputación. Analizar tu reputación en una herramienta que refleje la forma en la que los demás perciben tu comportamiento es la mejor forma de que tu identidad se ajuste al medio ambiente y, sobre todo, que tu identidad conozca los mensajes que transmites a los demás.
Conocerla será de gran ayuda para que incrementes tu conciencia sobre la forma en la cual los demás están percibiendo tu comportamiento. Al conocerte mejor, podrás decidir conscientemente la forma en la cual quieres ser percibida(o) por los demás y esto es mucho más poderoso que solo “mostrarte como eres”.
Te doy un ejemplo: ¿te ha sucedido que pones tu creatividad al máximo al cocinar algo nuevo y cuando lo pruebas, el sabor no es lo que esperabas? De la misma forma funciona tu identidad; puedes sacar todo lo mejor de ti y aun así no lograr lo que te propones. Cuando estás consciente tanto de tu identidad, como de tu reputación, tendrás mayor éxito en la realización de tus planes. Así que, te invito a reflexionar si realmente tu identidad es suficiente para que las personas con las que interactúas reciban los mensajes que quieres comunicar o si es posible que conocer mejor tu reputación pudiera darte esa ventaja competitiva que buscas.
Por mucho que queramos obtener algo, por lo general, son los otros quienes te dan el lugar o la posición que buscas, por lo que solamente ser “tú” constituye un riesgo para obtener lo que te propones. Busca apoyo en personas de tu confianza y pregúntales cuál es la percepción que tienen sobre algo que te inquieta. Escucha la respuesta y piensa si es lo que pretendías.
En HRTools, te ofrecemos un acompañamiento para que descubras lo que los demás perciben de ti en el ámbito laboral y ayudarte a descifrar las razones por las cuales “algo” se interpone en tu camino profesional.