¿Quieres saber cómo ser un buen negociador?
Primeramente, podemos decirte que un negociador no nace, se hace. Los buenos negociadores practican diariamente habilidades de liderazgo y de comunicación.
Negociar es un proceso por medio del cual se desea obtener algo que está en posesión o en control de alguien más; ese proceso puede ser dinámico y colaborativo, en lugar de ser un proceso entre adversarios. Es decir, lo que se busca es crear valor y llegar a acuerdos que satisfagan a ambas partes. Esta es una habilidad esencial para el desarrollo de un Liderazgo Efectivo.
¿Cuáles son los componentes de un proceso exitoso de negociación?
Un buen negociador:
Conoce y maneja la comunicación asertiva, maneja el mensaje de una manera clara y entendible y genera un espacio en donde estén presentes las peticiones pero también las ofertas. De igual manera, no pierde de vista la comunicación no verbal: contacto visual atento, el tono de voz certero pero empático, es decir, reconociendo las necesidades de la otra parte y buscando las propias, para llegar a una solución en común.
Esta atento del manejo de emociones; en la medida de que las emociones tales como el enojo, la frustración, la impaciencia no desborden y tomen control del proceso, la negociación va a tener un mejor fin.
Lleva la creatividad a la mesa. Llegar a una negociación con una decisión tomada deja poco espacio para abrir la mente a nuevos acuerdos; entre más opciones se pongan en la mesa, hay mayor posibilidad de consenso y de satisfacción para ambas partes.
Etapas de la negociación
Hay varias tareas a preparar antes de llegar a una mesa de negociación: es necesario saber que es lo que se desea lograr, cuánto se puede ceder y cómo se va a evaluar y controlar lo obtenido.
De acuerdo a los doctores David A. Lax y James K. Sebenieus, la negociación tiene 3 etapas:
- Preparar el escenario. Diseñar un árbol de decisiones con pros y contras; éste es una herramienta muy útil para guiar el proceso. Es decir, ayuda a que mantenga la negociación centrada en el objetivo y tener claridad de mente.
- Tener en cuenta que una negociación es una oportunidad de formar y alimentar una relación a largo plazo. Es decir, se establecen relaciones de confianza que sostengan los acuerdos y se generan vínculos que darán paso a nuevos negocios: “Un competidor gana cuando los demás pierden; un negociador triunfa cuando todos vencen”.
- Tener claro los alcances de la negociación. Saber lo que se quiere negociar (aunque no sea la totalidad sino un avance), los tiempos de espera y los métodos de verificación y control del proceso.
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