Si bien no hay personalidades buenas o malas, los valores y preferencias que motivan a una persona podrían tratarse de un arma de dos filos.
Hogan cuenta con una evaluación que identifica los motivadores y preferencias de las personas, llamado MVPI. Se miden 10 posibles drivers de las personas y con ello cómo la persona puede encajar en la cultura de la empresa.
Puedes tener como principal motivador la búsqueda de estructura y tu desempeño profesional girará en torno a planear, organizar, dar seguimiento a detalles. Sin embargo, también ese motivador puede convertirse en tu sesgo y limitarte cuando necesites mostrar creatividad.
Algo realmente interesante de los motivadores de tus colaboradores, es que lo que les motiva puede convertirse en su punto ciego y desviarlos de su avance profesional.
Como sabes, es importante que los motivadores de los trabajadores estén en sintonía con los valores y cultura de tu organización, no solo para el beneficio de esta, sino también para que ellos mismos se sientan cómodos, comprometidos y a su vez tengan un adecuado crecimiento profesional.
¿Pero cuándo lo que los motiva los puede limitar? Cuando dejan de tener en el radar que el negocio puede estar requiriendo un rumbo distinto a lo que ellos valoran.
Te pongo un ejemplo. Una persona que disfruta y se siente motivada por las relaciones interpersonales suele ser amigable, inspirar confianza y hacer la jornada laboral más llevadera, incluso podría ser excelente para cerrar tratos con clientes, pero, podría ser un reto para ella generar una estructura, trabajar de manera autónoma, decidir por su cuenta o cumplir con tareas que no conlleven interactuar con los demás. Si necesitaras que dicha persona deje de ser contribuidor individual y se haga cargo de un equipo, dirija su desempeño y tome decisiones de negocio sin pedir consenso, su necesidad de interacción y puede limitarlo en ciertas habilidades de liderazgo.
La experiencia sin duda será vital para que esta persona logre una mayor madurez y tenga experiencias en distintos escenarios con mayor responsabilidad. Pero también parte de dicho crecimiento implicará que comprenda y haga consciente que lo que le gusta y le motiva de su trabajo, que en este caso sería convivir con otras personas, podría no requerirse tanto en la nueva posición que se le otorga o a la que aspira.
No se trata de renunciar a sus motivadores o a sus gustos, sino que se trata de lograr la suficiente consciencia para cuestionarlos y ver más allá de los sesgos, porque lo que nos motiva a nosotros, no necesariamente le motiva a todos los demás y también puede ser diferente de nuevas responsabilidades laborales.
Te recomendamos identificar lo que motiva a tus colaboradores e iniciar con ellos conversaciones sobre cómo intervienen en el momento de comportarse, qué proyectos eligen y qué actividades prefieren, y cuestionarse si estos van en concordancia con su plan de carrera profesional.
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